Cada mañana como en aquellos años, abrimos las puertas de nuestro almacén, en homenaje a aquel que se ganó la confianza de quienes lo visitaban en la esquina de calle Rioja y Paraguay en nuestra querida ciudad de Rosario, quien hoy lo conserva como Patrimonio Histórico.
Nuestra intención es poner a su alcance productos que en otras épocas eran llamados de ultramar, sabores que los transporten a otras tierras, a otros aires, llenándolos de satisfacción.
En un viaje imaginario los recibimos en el mostrador de mármol, donde reposa la cizalla que sirve para cortar el bacalao y que siempre bien afilada hace su trabajo, la moledora de café, y más allá la balanza, detrás, la pared cubierta de lustrosas estanterías repletas de conservas,
especias, aceites, chocolates, quesos y más productos de calidad internacional, un poco más abajo, cajones rebosantes de café, legumbres y otros alimentos que se compran a granel,
quienes llegan no consiguen mantener la mirada anclada en un solo sitio porque todo llama la atención.
Suena con calidez la frase, ¨En que podemos servirles¨, dando así la bienvenida a quienes llegan a nuestro lugar en busca de lo diferente, de aquello que parecía inalcanzable y que te
conecta con su origen.
Contentos de haber cumplido nuestra misión, les damos las gracias por visitarnos, siempre serán más que bienvenidos en nuestro querido Almacén Pompeo.